Avispa chaqueta amarilla (Vespula germánica)
- María Sol Reyes

- 30 oct
- 2 Min. de lectura
La chaqueta amarilla es originaria de Eurasia y Africa. Además de nuestro país, ha invadido Nueva Zelanda, Australia, Sudáfrica, Estados Unidos, Canadá y Chile.
Su dispersión se produjo por el transporte de madera con reinas entre puertos.
En 1980 se vio por primera vez en nuestro país cerca de Chos Malal en Neuquén. Es muy probable que haya invadido naturalmente nuestro país desde Chile. Desde entonces se extendió a gran parte de la Patagonia, hasta el norte de Santa Cruz. Se ha observado en el sur de Mendoza y en la costa atlántica de la Patagonia. Es probable que avance hacia zonas climáticas más favorables.
Funcionamiento de una colonia.
Las avispas reinas despiertan en la primavera después de hibernar. Exploran el terreno y en poco tiempo comienzan a construir un nido en un lugar protegido y seco. Generalmente soleado, con disponibilidad de agua en las cercanías y reparados del viento. Usan fibras de madera que colectan de troncos de árboles y madera de construcciones humanas. La fibra de madera es masticada y macerada con saliva formando una especie de papel mache de color gris perlado. En cada celda del nido, la reina, pone un solo huevo, del cual eclosiona una larva en 5 a 8 días y en ocho días más emerge de la celda una avispa adulta.
En general existe una reina por nido. Puede ocurrir que una reina intente robar el nido de otra reina. Esta es una de las causas por las que una alta proporción de nidos no llega a crecer. En las primaveras frescas y húmedas se reducen la supervivencia de los nidos.
Cuando la colonia cuenta con 5 a 7 obreras, la reina permanece en el nido y solo pone huevos. La colonia crece rápidamente y sobrevive varios meses.
Las obreras mueren a las 3 semanas de haber nacido.
Al final del verano la colonia alcanza su máximo tamaño (6.000 obreras) y comienza a producir hembras fértiles (futuras reinas) y zánganos (los machos). Estas hembras permanecen en el nido, engordando, para enfrentar el invierno, que pasan en estado de letargo, generalmente debajo de la corteza de árboles o leña. Gran parte de las reinas sobreviven a esta etapa de hibernación. Pero luego, el 99% de las reinas fracasan en el intento de establecer un nido. Por esta razón los métodos de control que se apliquen sobre las reinas en la primavera no son efectivos





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