Medidas de prevención para alérgicos a pólenes

Los pólenes son granos pequeños que permiten reproducirse a la planta, son liberados en un período específico del año y son dispersados por el viento. Su concentración aumenta en los días cálidos, soleados y ventosos, se reduce con la lluvia. 

Hay interacción entre los pólenes y la contaminación ambiental ya que los contaminantes ambientales aumentan la potencia alergénica de los pólenes y sirven de transporte a las partículas polínicas. Por este motivo la alergia a pólenes es cada vez más frecuente, en especial en las personas que viven en grandes ciudades.

Las medidas de prevención que han demostrado científicamente su eficacia son: 

– En primer lugar, es importante establecer un diagnóstico preciso, la persona alérgica debe conocer a qué tipo de polen es alérgica y los períodos de polinización de ese polen así como su hábitat (es decir, las zonas en que suele crecer con mayor facilidad). Identificar las zonas de la ciudad donde abundan puede permitir evitar frecuentarlas en las épocas con mayor probabilidad de respirar su polen. 

– Evitar, en lo posible, exponerse al aire libre los días de mucho viento.

– Usar anteojos de sol cuando se permanece en exteriores.

– Usar casco integral durante viajes en moto.

– Llevar las ventanillas del automóvil cerradas cuando se viaja, usar el aire acondicionado y si es posible incorporar filtros anti-polen al coche, sobre todo si se viaja en áreas de campos o bosques.

– Limitar el tiempo durante el cual se mantienen abiertas las ventanas de casa, especialmente las del dormitorio durante la noche. Los intervalos entre las 5 y 10 hs de la mañana y las 7 y 10 hs de la noche son los que acumulan una mayor concentración de polen. Por esta razón se recomienda mantener las ventanas de casa cerradas y reducir las actividades al aire libre durante esas horas. 

– Los filtros para el aire ayudan: pueden colocarse filtros anti-polen en los aparatos de aire acondicionados, tanto el casa como en el auto y deben ser lavados o cambiados con frecuencia.

– Existen, también, mascarillas con filtros anti-polen, que las personas alérgicas pueden utilizar cuando deben permanecer en exterior en la época de polinización. El uso de mascarillas comunes solo ofrece una protección relativa.

– En el caso de que se tenga jardín o parque evitar las plantas que polinizan por el aire.

– Los granos de polen quedan adheridos en las prendas. Desprenderse con prontitud de la ropa de calle una vez se llegue a casa, ducharse para cambiarse de atuendo y evitar, si resulta posible, tender la ropa en exteriores. 

– Evitar remover polen. Evitar cortar el césped y barrer patios o terrazas y en caso de alergia al polen de gramíneas no es recomendable tumbarse sobre el césped. 

– Evitar secar la ropa en exteriores.

– Existen, también extractos alergénicos para inmunoterapia, que pueden cambiar el curso natural de la enfermedad cuando aquélla está indicada.